EL TRABAJO CON EL
TRAUMA Y LA CONSTELACIÓN FAMILIAR
¿Una relación imposible, coincidente, complementaria,
enriquecedora?
Bertold Ulsamer
En
primer lugar quiero expresar una aclaración previa: a pesar del entusiasmo
que me invadió la primera vez que tuve contacto con las constelaciones
familiares, me dí cuenta que las constelaciones eran solo una parte
importante del proceso de comprensión de nuestros problemas personales,
especialmente aquellos que se encuentran relacionados con nuestras raíces
familiares. Naturalmente no provienen de allí todos los problemas, dado que
las experiencias en la propia vida tienen otros orígenes. Las constelaciones
familiares se asemejan por esto al ala de un pájaro. Para volar se precisan
dos alas.
Aparte
de ello, como conductor de constelaciones experimenté en el transcurso del
tiempo que podía enfrentar las situaciones más terribles, como el Holocausto
o los pasados asesinatos entre miembros de una familia. Pero estos siempre
fueron temas ocurridos hace una o dos generaciones. Cuando el horror se
acercaba en el tiempo, siempre fue una situación difícil para mí. Recuerdo el
caso de una constelación que conduje en una prisión y cuán horroroso fue el
tema de un prisionero que había asesinado a su amigo. O en el caso de un
torturado, donde el sólo pensamiento de establecer una situación terapéutica
con alguien que había sufrido torturas en su cuerpo me superaba por completo.
Esto
significa: yo poseo aún zonas en mi estructura psíquica o en mis emociones que
no pueden ser cambiadas simplemente mediante constelaciones y a las cuales
debería acercarme mediante otros métodos. Por esta razón, el trabajo con el
trauma orientado al cuerpo de Peter Levine ha sido de relevante importancia.
Mientras que en un principio comencé con este estudio complementario por
interés personal, lentamente se abrieron polifacéticas conexiones con las
constelaciones familiares. Es así que mi trabajo constelatorio se enriquece y
gana nuevas influencias.
¿Qué es trauma?
Trauma
es un concepto que en los últimos años aparece en reiteradas ocasiones en la
opinión pública. En el marco de las constelaciones familiares no es utilizado
por consteladores, salvo la excepción de Franz Ruppert. Yo me baso en la
siguiente exposición en el trabajo con el trauma orientado al cuerpo, como el
realizado originalmente por Peter Levine junto a Anngwyn St. Just. Esta
postura del trabajo con el trauma orientado al cuerpo, también llamado SE,
Somatic Experiencing, expande notablemente los conceptos anteriores acerca
del trauma.
Lo
especial en la postura acerca del trauma de Peter Levine es el acento de las
raíces biológicas del trauma. Conocemos en los animales tres reacciones
básicas frente al peligro que son controladas por la biología. El animal
pelea si se considera capaz de enfrentar al peligro. Escapa si el peligro
parece ser muy grande. Esta decisión es un proceso instintivo que funciona
automática y velozmente. El gato que se agazapa frente al perro en una
esquina decide en fracciones de segundo si se encuentra en condiciones de
luchar o bien trepará rápidamente al próximo árbol.
Junto
a estas reacciones de lucha o fuga, quienes también representan los patrones
básicos de stress en los humanos, existe un tercer mecanismo en el mundo
animal:
se
quedan petrificados de espanto. El animal que se enfrenta repentinamente a
una amenaza superior se envara y se pone rígido. El ratón que será cazado por
el gato se envarará en ese momento.
Este
proceso de petrificación se produce también en los humanos. Se puede
interpretar como el origen de un « trauma ». El origen es una
amenaza superior. Es un shock repentino y no hay posibilidad de escapar o de
luchar. El cuerpo se enfría en este proceso.
Los
animales interpretan el comienzo de la petrificación como un fenómeno
natural. Luego de un tiempo, corto o largo, el animal vuelve a la vida. En
reiteradas oportunidades se observa que el animal se despereza, o bien
tiembla un poco antes de volver a la normalidad. Esta el la reacción de la
energía congelada.
Pero
también hay diferencias en el grado de petrificación y sus consecuencias
entre los animales. Si un pájaro confundido se mete en mi habitación y yo lo
capturo, este se petrificará de espanto. Si lo dejo en libertad, en poco
tiempo vuelve a la vida y vuela. Si lo capturo de nuevo, la petrificación
dura más y vuelve a la vida aún más desorientado. Otra vez y el estado dura
más tiempo, el pájaro tambalea, precisa tiempo en orientarse y picotea
salvajemente a todo lo que le rodea. Si repito esto, el pájaro morirá seguramente
de un paro cardíaco.
El
ser humano ha perdido este proceso natural de pasar de la petrificación al
fluir natural de la vida. En reiteradas ocasiones no encuentra el camino de
retorno por si mismo. Él continúa viviendo, pero una parte de la energía
permanece como congelada y atada al sistema nervioso. Los síntomas producidos
por esta situación son, entre otros, miedos, depresiones, confusión, estrés.
(No ingresaré aquí al nivel de los complejos desarrollos de las consecuencias
del trauma sobre el sistema nervioso.)
El
trauma es siempre una exigencia personal. Cómo es posible que para una
persona una situación peligrosa sea una amenaza extrema y para otra no? Aquí
encontramos tres grandes diferencias:
No
existe una situación traumatizante per se. Sin embargo, existen
situaciones que, en reiteradas ocasiones, provocan un trauma.
Luego
de una situación traumática se produce un gran temor interior a reencontrarse
con la situación que provocó al trauma, realmente o en el recuerdo. Si ocurre
esto, El shock original se revivirá como retraumatización y será aumentado.
Esto es peligroso y dañino.
Por
otra parte está la necesidad del organismo de hacer fluir la energía
nuevamente. Situaciones similares al evento traumático nos atrapan en su
vorágine, p.ej., alguien que luego de un accidente de auto se encuentra
siempre en situaciones de tránsito peligrosas, Pero dado que el organismo no
sabe reaccionar de otra manera que como la primera vez, amenazan una
saturación y un shock similares, produciéndose así la retraumatización.
¿Cómo trabaja la constelación familiar con el trauma?
Como
ya hemos mencionado, la mayoría de los consteladores familiares no utilizan
el término trauma hasta el momento, a pesar de que trabajamos continuadamente
con el trauma en las constelaciones. Nos encontramos con el trauma en las
pasadas generaciones en las guerras, la fuga y la prisión. Encontramos al
trauma en el shock de una muerte temprana, sea esta la muerte repentina de un
niño o la muerte por accidente, en el sufrimiento de los niños debido a un
parto difícil, la separación temprana de los padres (interrupción del
movimiento) y en el ser víctimas de la violencia y el mal trato.
Aparte
de todo esto, más allá de las familias, se producen confrontaciones entre
víctimas y victimarios durante las constelaciones. Ejemplos bien claros se
encuentran en el libro de Bert Hellinger « Wo Ohnmacht Frieden
stiftet ». En dicho libro presenta, entre otros casos, el de las
víctimas y victimarios en un accidente de auto, en una violación durante la
guerra y en la tortura.
Generalmente
en las constelaciones se constela a las víctimas, en el caso de una muerte
temprana, a los muertos y a los sobrevivientes, en el caso de mal trato en
una familia, a las víctimas y a los victimarios. Dejamos que tomen contacto y
que se perciban como prójimos. Muchas veces se trata de culpa y responsabilidad,
otras, de la consecuencia por la cual la víctima se separa del victimario.
Siempre se trata de amor, unión y muchas de las frases liberadoras que Bert
Hellinger originalmente elaboró demuestran su actualidad y poder de ayuda.
Ahora
bien: ¿Sabe el trabajo con el trauma que al elaborar las situaciones
traumáticas existe el peligro de retraumatización? ¿Vale esto para las
constelaciones? Es decir: ¿es posible que una constelación agite los
recuerdos de fuerte manera, que el cliente sea atrapado por la vorágine de lo
ocurrido y que caiga en el mismo estado de shock? ¿Es posible semejante
avasallamiento en los representantes?
Mi
colega Anngwyn St. Just me dio a conocer sus observaciones como especialista
en trauma: ella siempre había visto en las constelaciones que tanto clientes
como representantes caían en la petrificación del trauma, sin que esto sea
notado por el conductor. Recuerdo una situación en la cual comencé a
preocuparme seriamente por una representante completamente endurecida. También
Franz Ruppert indica ya en sus libros « Berufliche
Beziehungswelten » y « Verwirrten Seelen » sobre esas
posibilidades. También en el trabajo constelatorio existe la posibilidad de
la retraumatización.
Por
dicha razón sería un paso importante para los consteladores reconocer
semejantes estados de shock y desarrollar una percepción para su comienzo y
su posterior desarrollo. Las señales son la palidez, la falta de movimiento y
la falta de habla. Los ojos no perciben nada ni reaccionan a los impulsos del
medio ambiente.
La
mirada está fijada en el vacío y ausente. Pero también la perdida de control
y el estallido emocional son consecuencias del trauma.
Los
consteladores no son concientes hasta el momento de esta dimensión de su
trabajo, más bien tratan de rechazar la retraumatización de manera
instintiva. Ya existen en el trabajo constelatorio métodos que impiden
semejante saturación de los clientes y representantes en forma regular. Los
clientes son protegidos principalmente mediante dos métodos :
Cuando
el cliente observa a su representante, lo ve desde afuera. En otras palabras:
se separa de la vivencia a través de la visión exterior. De esta manera está
más protegido. Cuanto más dura haya sido la experiencia, mayor es la necesidad
de proteger al cliente mediante el representante. No se trata de de
introducir a cada cliente en su propia constelación, tampoco al fin de la
constelación.
En
reiteradas ocasiones hay mucha maldad en una familia, pero el motivo trata
algo más bien superficial, p.eje., un problema laboral. Claro que es posible
aclarar en una charla previa el desarrollo de la constelación. Pero es de
importancia que el representante no sature al cliente con sus propias
necesidades, aunque esto tenga las mejores intenciones. Quien como conductor
solo desee “abalanzarse” sobre lo malo, no le hará ningún favor al cliente.
No se honra de esta manera al deseo del cliente ni a la protección contenida
en ese deseo.
Para
que el representante no caiga en estos estados, hay que contemplar:
La
distancia en el espacio tiene un papel preponderante en las constelaciones.
Si algo se vivencia como desagradable (la mayoría no desea ni mirar) es
positivo aumentar la distancia hacia las otras personas, hasta que el
representante pueda observar.
En
situaciones graves es importante mantener el contacto entre el conductor y el
representante. El uso del habla es primordial. Una simple pregunta como: Cómo
estás? Facilita el contacto e impide que una carga se independice.
También
el uso adecuado de frases facilita el manejo de algo malo. Cuando nombro algo
por su nombre, consigo una pequeña distancia interior. Así es que una frase
expresada durante la constelación por el padre, quien sufrió la guerra y la
prisión, consigue esta importante distancia frente a la experiencia personal.
Cuando
alguien esta saturado es de suma importancia sacarlo inmediatamente del
contexto. El conductor o guía precisan de su educada percepción para
reconocer cuando uno se encuentra en una zona peligrosa. Ciertas veces
alcanza la pregunta “puedes soportar aún este rol?” Cuando la respuesta no es
por completo afirmativa, hay que sacar inmediatamente al representante de
dicho rol.
El
contacto corporal con representantes brinda ayuda cuando hay amenaza de
saturación. Puede ser que alguien aparente tener un estallido o que se
petrifique aún más. Yo me quedo en estos casos detrás de la persona y coloco
mi mano en su hombro. Esto relaja y da fuerzas. No se trata de aliviar o
consolar, sino de un refuerzo, que le permite al representante permanecer con
el momentáneo mal sentimiento.
Por
así decirlo, lo nombrado anteriormente pertenece a las herramientas de la
constelación familiar. Sin que aparezca el termino “trauma”, estos
procedimientos metódicos prevén la inundación.
Aparte
de ello, hay otros conceptos y principios en el trabajo traumático orientado
al cuerpo, los cuales son incitantes para el trabajo constelatorio.
¿Cómo trabaja el trabajo traumático orientado al cuerpo
con el trauma?
En
el trabajo con el trauma de Somatic Experiencing de Peter Levine deseo
nombrar cuatro importantes principios de trabajo :
Es
peligroso tratar a un trauma de manera rápida e inmediata. Se debe solucionar
capa por capa. Un ejemplo de este razonable método proviene de la química. Si
se vuelca un ácido en soda cáustica se produce una explosión. Si se gotea el
mismo ácido gota por gota en la soda cáustica, se mezclan. Esto en la química
se llama titración. Traspasado al trabajo traumático esto significa ver el
trauma capa por capa. Entonces no se producirá en el cuerpo ninguna
explosión, sino la experiencia traumática podrá mezclarse con las buenas
experiencias y el actual y seguro estado y de esta manera, podrá elaborarse.
En el trauma ocurrió todo demasiado rápido, excesivo y violento. Pausas,
expansión y detenimiento del tiempo son un medio terapéutico importante.
En
esta mezcla de estados hay un proceso natural del organismo de oscilación
entre los estados de carga y desgaste, el péndulo.
El
terapeuta nota regularmente los pequeños impulsos que provienen del cliente y
protege de esta manera este movimiento pendular natural. De esta manera se
tiene un buen comienzo con el trabajo traumático y se acerca cuidadosamente a
las capas exteriores del trauma. Cuando la vivencia de lo malo es suficiente
y antes de que sea demasiado, se lleva a este movimiento pendular en otra
dirección donde haya más recursos. Las reacciones como temblor, sudor frío o
calor demuestran que la energía es puesta en libertad. Es de suma importancia
no olvidar el hecho ni el ahora del presente, orientándose hacia él. Cargado de
energías, el cliente se mueve por sí mismo hacia la vivencia traumática, esta
vez un poco más profundo. Este movimiento pendular puede ser exigido muchas
veces, dependiendo de la gravedad y profundidad del evento. Precisé de dos
horas y siete movimientos pendulares para revivir el desarrollo exacto de un
accidente relativamente simple. Yo choque como Jogger con una bicicleta sin
iluminación en la oscuridad.
La
petrificación se establece en el cuerpo. Como describí anteriormente, la
solución es un camino natural. El proceso ocurre especialmente en un nivel
corporal. En reiteradas ocasiones se observa como el cuerpo resuelve la
petrificación mediante movimientos pequeños e inconscientes. Aparecen
reacciones de fuga y de agresión y lucha. Se puede interpretar que cuando uno
retorna del estado de shock, la primera reacción instintiva es la fuga, la
toma de distancia. En sesiones de trauma se interpreta como señal cuando los
pies comienzan a moverse. Alguien solo puede sentirse seguro si ha huído lo
suficientemente lejos. En la próxima capa aparece la agresión, como un pájaro
que picotea de manera incontrolada. En repetidos casos, aparece luego el
dolor, que puede repetirse muchas veces.
El
valor y el significado de la fuga se han vuelto concientes, especialmente
para mí. La fuga o la toma de distancia es un paso necesario para salir del
estado petrificado. Cuando lo malo está cerca, está en dicha petrificación.
Morder dientes y continuar no sirve. Pero aquel que huye y no da por cierto
dicha fuga tampoco experimentará la vivencia liberadora de estar en real
seguridad.
Importante
es: para el proceso corporal no se precisa recordar al evento traumatizante.
Algunas veces aparecen emociones y otras no. Alcanza con seguir los
movimientos del cuerpo. Él busca su camino.
La
llave para oír lo que pasa en el cuerpo es la conciencia. En reiteradas
ocasiones se puede interpretar el significado de un movimiento cuando se le
hace lento y repite varias veces. Es así que rutinariamente hacemos con las
manos gestos de defensa, pero su significado nos es raras veces conciente. En
una sesión de trauma es muy importante percibir estos movimientos. Sólo de
esta manera se liberará la energía y estará a nuestra disposición.
Pero
también la percepción de sentimientos es parte de la conciencia. Una palabra
clave es «containment». La toma de posesión de los sentimientos. Lo contrario
sería la avalancha de sentimientos, ya sean dolor, rabia o alegría. Lo
contrario sería una catarsis debido a un exceso de actividad. Se trata de la
misma calidad de conciencia que se persigue con la meditación.
¿Qué
impresiones son logradas por los consteladores mediante el trabajo con el
trauma?
Los
conocimientos sobre el trabajo con el trauma no cambian sustancialmente el
trabajo constelatorio, pero sugieren un método cuidadoso para ciertas
situaciones.
Me
parece que los consteladores pueden aprender especialmente del principio de
titración, es decir, el método de partición, de exigirle al cliente sólo lo
que pueda elaborar. Si tomo el principio de titración bajo la lupa, podría
formularlo con la pregunta: Cuánto puede soportar el cliente en este momento?
Esto no ha sido tematizado por los consteladores hasta el momento, sólo ha sido
manejado de manera instintiva. Por supuesto que ningún constelador desea
exigir al cliente, sin embargo, creo que pasa en reiteradas situaciones.
¿Cómo
se puede evitar el peligro de la sobreexigencia? P.ej., en el caso de
destinos difíciles y duros mediante varias constelaciones en vez de exigir
que en una sola constelación se solucione todo. Durante mis seminarios, los
clientes realizan varias constelaciones a través de un periodo de tiempo
largo o corto. De esta manera aparecen capas más profundas de la unión. Es
amor se muestra más claro y pronunciado. Así también lo malo que reside en
cada familia.
Debido
a que ahora considero más a la capacidad de sobreexigencia del cliente, mi
trabajo ha cambiado. Gracias al trabajo con el trauma tuve una postura que me
permitió observar y enfrentarme a los acontecimientos. Esto es muy importante
para el cliente. Como guía sugerí que el cliente vaya a la confrontación.
Recuerdo una frase de Bert Hellinger: “la fuga no es la salida”. Hoy en día
presto más atención a mis exigencias sobre los clientes.
Comienzo
con el ejemplo de una constelación, la cual a muchos de vosotros os parecerá
conocida. La cliente ha sido acosada sexualmente como niña durante tres años
por un amigo de la familia. La representante de la cliente se sintió sola
como niña y abandonada por todos, especialmente por la madre. Ella vivencia
el horror y el dolor, deja al abusador con su culpa, le da la espalda y mira
hacia su familia.
Entonces
ubico a la cliente en su lugar. Ella rompe en llanto y no puede mirar a
nadie.
Entonces,
hago que de la espalda a toda la constelación. Cuando el llanto continúa de
manera intensa, tomamos cada vez mayor distancia de la imagen de su familia y
el acosador. Debemos salir juntos por la puerta. Aún en el pasillo, ella
continúa gimiendo, pero ya comienza a controlarse. Le pregunto si debo anular
la constelación por completo o si quiere observar algo aún. Finalmente dice
que quiere observar todavía a sus dos hermanas. Despido entonces a sus padres
y al acosador de sus roles y ella vuelve a la sala, donde se encuentra otra
vez con sus hermanas a quienes observa con amor.
Yo
me oriento más hacia las necesidades de la cliente, más que a ciertas reglas
que digan cómo deben desarrollarse las constelaciones. Interrumpo, tomo
distancia, hago una pausa y todo esto para que la cliente no sea saturada por
los acontecimientos. Tomo contacto con ella a un nivel igualitario y dejo que
ella decida cuanto puede soportar.
Cuando
constelo, constelo para el cliente. Durante otra constelación de un abuso,
incito a que la cliente tome un lugar lejos de la constelación, donde pueda
sentirse segura y con buena visión. Si todo se vuelve insoportable, puede
levantar la mano y yo congelo la constelación al momento. Otro paso
importante es: no perder de vista jamás al cliente durante la constelación.
Un ejemplo: la cliente constela el error de un médico, cuya víctima es ella.
Los representantes perciben lo ocurrido y se orientan hacia una solución.
Entretanto observo que la cliente mira hacia un costado. Interrumpo la
constelación y le pregunto cómo se siente. Ella parece estar congelada y
sometida. Junto a ella tomo distancia de la constelación, disuelvo la
constelación y trabajo con ella sobre su nuevo estado.
No
se trata de llevar la constelación, cueste lo que cueste, a un posible buen
fin. Es por ello que puedo interrumpir en cada momento en que la cliente no
se sienta bien o dé la impresión de estar ausente.
Durante
un curso de formación posterior, demostré el trabajo individual con figuras
de madera. El voluntario presenta como tema su vida desde los seis meses
hasta los tres años con una tía, dado que sus padres tuvieron que irse a
Alemania para ganar el pan. Un claro ejemplo de “movimiento interrumpido”.
Tuve dudas acerca de sí el trabajo con figuras sería adecuado, pero continué.
Constelamos figuras de madera para el padre, la madre y el hijo. Luego de
media hora de desarrollo de la situación, el cliente descubre que su madre le
sonríe. Ahí lo dejo. El cliente opina estar muy contento de la manera que
pudo acercarse al tema con las figuras de madera. Tenía mucho miedo de no
soportar la intensidad de una constelación con representantes.
Hicimos
lo siguiente: ¡un pequeño e importante paso para solucionar el movimiento
interrumpido! Este ejemplo me enseña a no esperar la gran liberación luego de
una sola constelación, sino a avanzar al tiempo y velocidad del cliente.
También
saber que situaciones aparecen cuando la petrificación desaparece me ha sido
de gran ayuda. La cliente nombra como tema la separación de su familia. Ella
sospecha abuso por parte del padre. No recuerda nada de sus primeros 14 años.
La representante en la constelación quiere irse de su familia y tiene miedo
del padre. Todo es turbio y evito nombrar cualquier hecho concreto y sigo a
las energías. Cuando la cliente viene al finalizar la constelación, no
soporta a su familia. No se logra mejor solución que irse lejos de su familia
y que les dé la espalda. Ella respira liberada. ¡Este es un paso liberador!
En
los días siguientes del seminario, la cliente, a quien yo estipulada como
tranquila y callada, comenzó a estar insatisfecha con la constelación y la
imagen solucionadora. Al último día pide más y se torna agresiva para mi
persona. Al sugerirle una nueva constelación, rechaza toda iniciativa. Dado
que así no puedo constelar con ella, se pone furiosa. Como comentario final
del seminario, expresó una sola y terminante palabra: “¡mierda!”
¿Mi
error como constelador? Desde la perspectiva de terapeuta del trauma lo veo
de otra manera. El irse de la familia, el dar la espalda y el tomar distancia
representa la fuga necesaria. De esta manera se logran una distancia segura y
la recuperación de fuerzas. Luego de la fuga viene la ira. Esta es la forma
próxima e importante, como la energía. Cuanto mayores sean las heridas, mayor
y ciega será la rabia. Como un pájaro loco que picotea a su alrededor, así
reacciona ella. Yo recibo una parte, pero no soy el origen de esta rabia, es
un parte necesaria para la solución. Por supuesto que no sé aún si ella
tendrá claridad sobre lo ocurrido cuando finalice el seminario. De todas
maneras, ella ha retornado a su fuerza. Si tengo que reaccionar, haré lo
mejor para el proceso de la cliente.
A
través del conocimiento del movimiento pendular entre el recurso y el mal,
crece también el entendimiento del efecto de las constelaciones. ¿Acaso no
cumple la imagen del buen ordenamiento, que en muchos casos cierra la
constelación, la función de semejantes recursos? Es decir, no es una imagen
final que termina el trabajo constelatorio, sino una fuente de energía
curativa. Cuando esta imagen se integra, aparecen nuevos niveles de trama en
la superficie para ser tratados. Es así que experimenté en carne propia una
simple y sana imagen de mi familia durante mi primera constelación. Durante
una nueva constelación años más tarde aparecieron energías muy fuertes de
aislamiento completo, locura y horror. El péndulo se movió hacia el otro
extremo. Y todavía no sé cuantos movimientos pendulares aparecerán.
Más
allá, el conocimiento libera al constelador de la presión de ser responsable
de una buena imagen final. El bien y el mal forman parte de un todo y cambian
en un proceso orgánico. El terapeuta sólo es un acompañante de dicho proceso.
Una
interesante pregunta: ¿encontraremos como consteladores los mismos
movimientos pendulares naturales en la forma constelatoria “movimientos del
alma”?
Trauma y familia pueden mezclarse
Para
finalizar, un ejemplo de como pueden mezclarse el trauma y la familia y como
interactúan los diferentes métodos.
Un
hombre joven, a principios de los 20, viene a la constelación. Es grande,
amable, con brazos tatuados y luce una calva. Uno cruzaría a la vereda de
enfrente al verlo venir por la calle. Su motivo, una larga dependencia de
drogas.
Al
constelar a su familia se muestra que la madre no percibe realmente a su
hijo, sino que tiene miedo de él. Él no conoce ningún hecho concreto en la
familia que justifique este miedo. Debido a las claras energías, que sólo
pueden ser explicadas por una confusión, constelo a un hombre junto al hijo y
lo nombro “aquél, quien es el mencionado real”. La atención de la madre se
torna por completo hacia ese hombre, del cual parece tener mucho miedo.
Sospecho que por la energía entre ambos, tal vez este hombre sea su primer
novio, que era violento, inclusive con tendencias a la violación. El hijo se
alivia y puede luego de un tiempo ser percibido como hijo.
Conozco
a la madre de otros seminarios. Luego de un corto tiempo, toma parte de
nuevo. Ella dice que su hijo le contó acerca de su constelación, entonces le
pregunté quién podía ser ese hombre. Luego de pensarlo dijo que tal vez
podría ser el abuelo, quien era ya conocido como hombre violento en la
familia.
Un
día más tarde, vino y me recordó su constelación de años atrás. Yo no
recordaba nada. Ella fue a la edad de ocho años secuestrada por dos hombres,
quienes la retuvieron 12 horas, la maniataron, torturaron y violaron.
Finalmente pudo escapar.
Durante
la constelación, el hombre mayor parecía ser extremadamente violento y
brutal, con frases tipo:”me gusta cuando tienes miedo”. La representante del
hijo tenía miedo, pero al mismo tiempo sentía un amor ilimitado por ese
hombre. (En el estudio y desarrollo del trauma se sabe que entre víctimas y
victimarios se establecen dichos contactos.) La cliente llegó a la conclusión
de que ese hombre era a quien confundía con su hijo y de quien este había
tomado el rol.
Así
se nota como las experiencias traumáticas pueden influenciar directamente a
los miembros de la familia.
El
efecto conjunto de diferentes principios terapéuticos pudo desprenderse de
todo lo que informó posteriormente. En primer lugar trabajo un tiempo con la
terapia hipnótica sobre el temprano secuestro. El próximo gran paso fue
constelar dicho secuestro y el encuentro en la constelación con los
representantes de los victimarios. Sin embargo, siempre tuvo el sentimiento
de que el horror y el abuso estaban aún almacenados en su cuerpo. Entretanto,
se ha decidido por una terapia de trauma.
¿En
qué se diferencian el trabajo con el trauma de las constelaciones? ¿Por qué
son similares?
El
trabajo con el trauma y las constelaciones trabajan con diferentes
niveles de nuestro ser. Las constelaciones nos unen con nuestras raíces como
seres sociales. La constelaciones familiares muestran la unión que tenemos
con nuestras familias y como están introyectadas y como perduran. Cuando
encontramos en una constelación a un victimario fuera de nuestras familias,
descubrimos a un humano cargado de culpa. Aún cuando le demos la espalda,
sanamos mediante la honra, con la cual esto ocurre, a un nivel profundo la
distorsionada relación con el prójimo.
De
esta manera, también sanamos algo en nosotros mismos.
El
trabajo con el trauma efectúa inmediatamente sobre nuestras energías
corporales, las cuales se han visto afectadas por una experiencia negativa.
Ella nos habla como seres vivos directamente a nuestro ancestro animal. Al
sanarnos podemos encontrarnos con nuestro prójimo y nuestro medio ambiente de
manera adecuada.
Pero
los límites no son tan definidos. Una frase de Peter Levine: “el trauma se
trata de la pérdida de uniones- con nosotros mismos, con nuestras familias,
con el mundo alrededor.” En el trabajo con el trauma práctico, es la unión
con el terapeuta como prójimo muy importante. Hay que buscarle y fabricarle
constantemente, para poder tener una fuerza opositora a la atracción del
trauma.
La
terapeuta de trauma Babette Rotschild dice que la pequeña infancia no es la
única chance humana de realizar uniones. “Un niño traumatizado no está
necesariamente condenado a una vida plagada de disfunciones. Muchos niños que
no tuvieron al comienzo de sus vidas la posibilidad de desarrollar una unión
positiva y segura, pueden más tarde en su vida realizar experiencias positivas
que corrigen lo anterior”. Rothschild menciona amigos, maestros, vecinos,
parejas y también psicoterapeutas.
Especialmente
las constelaciones familiares pueden observarse bajo el aspecto de la unión.
Muchas veces se ve en el trasfondo el amor de una familia exteriormente
odiosa.
De
esta manera, las constelaciones se transforman en experiencias de unión
mediante el reconocimiento de que la unión siempre estuvo ahí, y este
reconocimiento será la experiencia corregidora.
Mi
imagen de ambos métodos, el trabajo con el trauma y el trabajo constelatorio,
es la de dos círculos que se interseccionan en zonas de conflicto. Tal vez
algo menos de la mitad de ambos. Allí tratan de diferentes maneras en la
misma dirección. Afuera de esta intersección existen dos zonas grandes, donde
cada uno de los métodos es responsable por si mismo.
Por
dicha razón, estoy planeando para el año próximo un seminario para pacientes
con un grave trauma, en el cual puedan aplicarse ambos métodos. En las
mañanas se realizarán constelaciones con el grupo y cada tarde cada paciente
recibe una sesión individual en SE. Ya tengo curiosidad por ver como ambos
métodos fluyen y se complementan uno a otro.
Aquí
no es cuestión de uno u otro, o constelación o trabajo con el trauma. En
nuestro camino hacia una vida, amor y fuerza más profundos pertenecen ambos.
Soy
conciente como constelador que la medida del bien y el mal que se observa en
las constelaciones guarda especial relación con lo que yo puedo aceptar, y
sólo eso.
Por
eso recomiendo a cada constelador que expanda su capacidad de ver el mal en
el mundo. Veo en el trabajo con el trauma una buena posibilidad.
Gracias
al terapeuta de la polaridad y el trauma, Urs Honauer por sus valiosas
inquietudes e iniciativas.
Literatura
Hellinger, Bert, Wo Ohnmacht
Frieden stiftet. Familien-Stellen und Kurztherapien mit Opfern von Trauma,
Schicksal und Schuld, Carl-Auer-Systeme, Heidelberg 2000
Levine, Peter, Trauma-Heilung.
Das Erwachen des Tigers. Unsere Fähigkeit, traumatische Erfahrungen zu transformieren,
Synthesis, Essen 1998 (traducido en español)
Levine, Peter, Trauma-Newsletter
Nr. 1, 2002, herausgegeben vom Zentrum für Innere Ökologie, Zürich
Rothschild, Babette, Der Körper
erinnert sich. Die Psychophysiologie des Traumas und der Traumabehandlung, Synthesis,
Essen 2002
|
Este es un espacio creado para compartir entre los alumnos de la Formación en Constelaciones Familiares que coordina la Lic. Felisa Chalcoff
miércoles, 16 de abril de 2014
El trabajo con el trauma
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