¿Cómo comportarse después de las Constelaciones Familiares?
Las Constelaciones actúan cuando uno las
deja exactamente de la manera en que las vio. Es una imagen espacial y
atemporal, de las profundidades, y tiene su fuerza cuando uno la deja tal cual.
Cualquier discusión sobre su contenido destruye la imagen.
Lo mismo se aplica cuando uno acaba de trabajar.
Alguno del grupo se le acerca después a preguntarle: ¿cómo te ha ido?, ¿qué
harás ahora? Lo que está haciendo es picotear su alma. Es fatal invadir de esta
manera el alma de otra persona, como si tuviéramos el derecho de hacerlo.
Ninguna persona tiene el derecho de hacerlo. Tampoco sirve intentar consolar.
La persona es fuerte; quien intenta consolar es débil. Este es quien, en
realidad, no soporta el dolor del otro. Porque en el fondo no quiere consolar
al otro, sino que utiliza al otro para consolarse a sí mismo.
No interferir. Es lo válido para todo este trabajo.
La persona misma tampoco debe actuar
inmediatamente. Así no funciona. La imagen tiene que descansar en su alma. A
veces, durante mucho tiempo; quizás medio año o más. Y uno no hace nada para
cambiar. Las imágenes ya actúan, simplemente estando. Y al cabo de un tiempo,
en el alma, se reúne la fuerza necesaria para hacer lo correcto. Aquello que es
correcto y bueno será diferente de lo que uno ahora acaba de ver. El alma de la
persona sabe mucho más todavía y cuando uno sigue a su propia alma, tiene
fuerza plena.
Por lo tanto, no sigue al terapeuta ni
tampoco a esta imagen. Uno sigue a su alma. Lo que ha hecho esta imagen es
impulsar algo en su alma, lo que posteriormente hace posible el actuar.
Así hay que manejarse con estas imágenes.
Tiiu Bolzman
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